El futuro, quizá incierto, quizá oscuro, quizá desconcertante…
El futuro, los días que vendrán y que nos llenan de pavor en ocasiones, o de esperanza otras veces.
Futuro, de esperar un bebé aumentando la felicidad y la familia, o frustración de que no llegue y lo esperas.
Futuro, de poder visitar a la familia y abrazar a los nuestros, de recibir una sorpresa o celebrar un acontecimiento
Cuando miras al futuro ¿Qué es lo que avistas?
A veces hay situaciones como las que estamos viviendo en la actualidad, que nos llenan de angustia, que nos hacen perder la esperanza; sobre todo porque las decisiones de muchas cosas están en las manos de otros.
En muchas ocasiones pensamos en el futuro, en todos los problemas que vendrán y eso nos hace sumirnos en la tristeza en el presente, vivir agobiados, caer en ansiedad, depresión, querer desaparecer…
No estoy diciendo que no sea importante pensar en el futuro, esforzarse o preocuparse por él, porque el esfuerzo de hoy dará su fruto más adelante.
Sin embargo, que los miedos del futuro no nos impidan vivir el presente, pues cada día nuevo es un regalo, cada vez que sale el sol una nueva oportunidad que se nos concede.
En mi día a día en el hospital, los pacientes muchas veces ven el futuro tan incierto, tan doloroso, a veces tan largo, y otras tan corto… que se sumen en una inmensa tristeza, y es normal, es humano. Pero en medio de estas situaciones, como enfermera me gustaría poder hacer más, por eso me gusta recordarles la oportunidad del hoy, y esto me lleva a pensar en una enseñanza de Jesús.
En una ocasión estaba enseñando y hablo de un tema que nos concierne y nos afecta a todos (pues él nos conoce). Habló del afán y la ansiedad.
El puso algunos ejemplos, como este: “Fijaos en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?”*
Y termina diciendo:
“Por lo tanto, no os angustiéis por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.”**
A pesar de ser Dios mismo, Jesús también era hombre, por lo que sabía por propia experiencia que la vida está llena de preocupación y ansiedades.
Sin embargo, me encanta pensar en que Él te conoce, y a mí. Además, el sabe nuestras necesidades y está a una oración de nosotros.
En cada dificultad, El quiere estar a tu lado.
En el futuro, avisto muchas cosas que no me gustan, eso seguro, por la situación en la que vivimos.
Pero quiero vivir agradeciendo y disfrutando de lo que tengo oportunidad HOY.
Y ¿sabes qué? yo avisto quien estará conmigo en cada paso, en cada angustia…
Hoy puedes tomar la decisión de confiar en aquel que te ama y quiere salvarte HOY, pero quiere estar contigo cada día.
¿Quieres avistar un futuro con esperanza, a pesar de todo?
La respuesta es: JESÚS
*La Biblia en Mateo 6:26
**La Biblia en Mateo 6:34