Viví el Covid en mí misma y mi hijo de 33 años murió de Covid. Yo estuve en el hospital con él los 8 días que permaneció ingresado hasta que el Señor se lo llevó, pero él está usando nuestro dolor para alcanzar a muchas personas a través del evangelio y quisiera compartir mi historia.
Myriam Chamorro
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HOY ES MI PRIMER DIA.
Mi primer día que puedo mirar de frente y disfrutar de caminar mirando erguido sobre mis pies.
Mi primer día dejando atrás semanas de fiebre, sábanas, medicinas, agujas, ahogo, aislamientos e incertidumbre.
Hoy es mi día para gozarme en mirar el horizonte y agradecer a Dios el poder respirar con toda la profundidad que mis pulmones ahora pueden abarcar.
Hoy puedo mirar de frente, sonreír, admirar, apreciar, besar y abrazar a los míos.
Hoy es mi día…tan feliz y agradecido por aquello que una vez descubrí que podía haber perdido.
¿Lamento estos días como perdidos? En absoluto, incluso diría me alegro por ello.
No vale ni todo el dinero para conseguir lo que puedes aprender cuando la adversidad y la aflicción llama a tu puerta. Cuando empiezas a valorar mucho más lo que tienes. Cuando sientes la cercanía y la sensibilidad hacia aquellos que están pasando miles de cosas peores que las tuyas…Cuando comprobaste el precioso cariño de tantos que se preocuparon e interesaban por ti…
¿Y tanto sin poder cumplir, tantas actividades, encuentros perdidos, proyectos cancelados?
¿Qué he perdido, qué he dejado…? Nada; algunos podrían lamentarse, yo, nada.
¿Para quién trabajo? ¿Cuál es el motivo de mi existencia y m vivir?
Cuando la razón de vivir y los motivos no son meramente personales, descubres un valioso secreto para la felicidad que muy pocos conocen. Cuando descubres que hay un tesoro en un campo y vale la pena entregar tu vida para conseguir ese campo. Cuando te sabes entregado y sirves a un Dios celestial, ¿qué puede perder aquel que sabe que su propia vida no le pertenece? ¿Qué puede perder quien tiene su deseo y voluntad, no en esta vida sino en Reinos eternos? ¿Qué puede perder quien se sabe elegido, amado, bendecido, por un Dios que llegó a entregar hasta su propio hijo por amor a mí? Sólo puedes ganar, siempre vencer y confiar serenamente en quien sabes que es Soberano y tanto el bien como el mal vienen de El con su especial amor y cariño según sus buenos propósitos para tu vida.
Hoy es mi día, mi gozoso día, y pido a El que siempre me guarde y pueda vivir, descubrir, y llenarme de alegría para poder decir como el profeta: “Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo; y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales; con todo yo me alegraré en el Señor y me gozaré en el Dios de mi Salvación” .
Francisco M García Fernández