Skip to main content

UNA CARTA CONMOVEDORA…

Hola, mi nombre es Mirna.

Soy de nacionalidad hondureña, pero ya llevo casi diez años viviendo en España, y quiero contarte un poco de cómo me afectó personalmente el covid-19.

Cuando empezó el confinamiento en España, yo estaba en África con un grupo de 23 personas colaborando con un proyecto para niños. Desde allí nos informaban de cómo estaba la situación de la pandemia en España. Nos pusimos un poco nerviosos porque ya empezaban a cerrar fronteras y temíamos quedarnos allí. Pero logramos salir a tiempo.

… no me llames porque tú tienes coronavirus… y dicen que eso puede contagiar a alguien solo por llamar por teléfono.

Recuerdo que en uno de mis intentos por contactar con alguien aquí, recibí una respuesta que me dijo no me llames porque tú tienes coronavirus y dicen que eso puede contagiar a alguien solo por llamar por teléfono. Yo me quedé sorprendida al escuchar el comentario porque venía muy confundida y cansada por nuestro viaje. Todavía no había coronavirus en ese momento, y no estaba muy al tanto de ello. Todos estábamos muy asustados, con mucho miedo. Era lo normal debido a la situación que se estaba viviendo.

Al llegar a casa, nos comunicaron que algunos de mis compañeros de viaje ingresaron de inmediato en el hospital porque su salud estaba muy mal. A otros les hicieron las pruebas antes de presentarse al trabajo y los resultados dieron positivo en covid-19.

De inmediato, a mí me dieron una baja de aislamiento por contacto, y esa misma noche empecé a presentar síntomas muy fuertes: me faltaba el aire, me  dolía respirar y sentía dolores muy intensos en todo mi cuerpo. No podía salir de la cama. Hasta tal punto que había estado inconsciente y no podía ni coger el teléfono para llamar a urgencias. A los pocos días, me ingresaron ya que tenía una neumonía.

me faltaba el aire, me dolía respirar y sentía dolores muy intensos en todo mi cuerpo.

Fueron momentos muy difíciles, porque cuando te falta el aire sientes que te falta todo. Me hacía muchas preguntas, me sentía culpable, pensaba en las personas que estuvieron cerca de mí, pensaba que tenía la culpa si enfermaban. Por otro lado, tenía muchas ganas de ver a mis padres y mis hermanos, ya que llevo casi 10 años sin verles.

Fueron momentos muy difíciles, físicamente estaba muy mal, y emocionalmente me tocó experimentar el rechazo, la soledad, la indiferencia a parte de todo lo relacionado con el coronavirus.

Sin embargo, quiero contarte que yo soy una mujer creyente. Sí, creo en Dios. Para mí, Él existe, y es bueno. Siento su amor. Creo firmemente que hay algo más allá después de la muerte, por eso le entregué mi vida a Jesús cuando tenía 5 años. Desde ese momento ha habido una seguridad en mí, porque confío en Él pase lo que pase mi vida. Sé que mi alma están en sus manos.

Reconozco que uno de los momentos más difíciles de mi vida fueron estos tres meses de baja. Enferma por covid-19, una recuperación larga, ya que afectó a todo mi sistema respiratorio… sabemos que es una enfermedad contagiosa y el estar aislada en una casa con personas que no son mi familia… lo pone más difícil.

Pero tengo que reconocer, que Dios se mostró a mi vida de una manera impresionante durante todo este tiempo.

Estaba sin trabajar, sin un ingreso económico y muy débil, sin fuerzas. Pero tengo que reconocer, que Dios se mostró a mi vida de una manera impresionante durante todo este tiempo. Nunca he dudado de su amor ni de su bondad ni de todas las promesas que he leído en la Biblia. Todo este tiempo que padecí la enfermad pude experimentar en carne propia que todo lo que dice la Biblia es verdad y que cada palabra se cumplió. Dios fue fiel a mi vida, me sentí muy amada y  pude ver a Dios obrar en mi vida poniendo a personas que no conocía muy pendientes de mi (me recordaban que tenía que ponerme el termómetro incluso).

Dios proveyó todo lo que yo necesitaba, hasta algunos de mis antojos. Fue increíble ver también el amor de Dios en cada detalle y en cada palabra de ánimo y aliento que alguien me daba a través de un whatsapp. Cuando me faltaba el ánimo, sentía que Él me sustentaba.

Yo quiero presentarte a este Dios. El Dios en el que siempre he confiado. Recuerda: DIOS ES BUENO. Si has llegado hasta aquí y nunca has escuchado hablar de Dios o quizás sí, pero no sabes como llamarlo… Déjame decirte que Dios es real y te ama. Me gustaría que le conocieras. Él quiere que te acerques a Él y tener una experiencia personal contigo.

Él quiere que te acerques a Él y tener una experiencia personal contigo.

No sé como es tu situación en este tiempo. No sé si enfermaste a causa de la pandemia o si estás en fase de recuperación como yo, o si perdiste alguien en todo este tiempo, o si quizás estas pasando un momento difícil económicamente. No importa cuál sea tu circunstancia, Dios es bueno y es más grande que cualquier circunstancia. Él tiene un propósito contigo.

Si tú quieres conocerlo, te invito a acercarte a Él, haciendo una corta oración:

Dios yo quiero entregarte mi corazón. Reconozco que soy un pecador y te necesito en mi vida. Creo que Jesús es el hijo de Dios y que en Él hay vida eterna. Te recibo como mi Salvador personal, en el nombre de Jesús, amén.